martes, 7 de diciembre de 2010

Desde Montánchez, ¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA?

Por increíble que parezca, en las horas más bajas del PSOE, cuando las medidas que toma están más que alejadas de las tesis socialistas que les llevaron al poder, la izquierda ha desaparecido. Ni Izquierda Unida ni ningún grupo alternativo al socialismo ha diseñado una estrategia política seria para ganarse el voto de los descontentos de Zeta.

UPyD se deshizo como un azucarillo en las pasadas elecciones catalanas y en mitad de la refriega económica y social, con unos índices de intención de voto al PSOE por debajo del 25%, se muestran incapaces de presentar una alternativa a los Zapateros, Blancos y Rubalcabas.

Qué error de la izquierda.

Tienen en su mano la posibilidad de presentar una alternativa, quizá incluso lanzar a un líder joven que no esté anclado en el franquismo ni en la guerra civil, con un mensaje nuevo, del Siglo XXI. Pero no saben.

Los militares han tomado las torres de control de los aeropuertos y la izquierda se calla; hay millones de españoles acuciados por la pobreza y la izquierda se calla; el PSOE ha cambiado las reglas del juego y ha convertido sus promesas en eslóganes olvidados y la izquierda se calla.

¿Qué oportunidad mejor van a encontrar para presentar su alternativa?

Es imposible que no haya opciones a la izquierda: faltan políticos.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Desde Montánchez, PARIDAD: LA FOTO DE LA FARSA


Los socialistas nos han llenado la cabeza de consignas de feminismo radical: paridad, género, machismo… Los socialistas quisieron encumbrarse como los reyes de la igualdad entre hombres y mujeres. Hubo alguno que hasta se lo creyó. ¿Resultado? Vale la foto de Zeta reunido con los que más mandan en su partido. Todos son hombres, vestidos de oscuro, más bien mayores y NI UNA SOLA MUJER.

Así es la realidad: se le llenó la boca a Zeta con grandes discursos para terminar con esa foto de la farsa. En ocho años dirigiendo el PSOE, ha sido incapaz de poner a mujer alguna al frente de Comunidad autónoma o secretaría federal.

Zeta se reunió con sus barones que resultaron ser todos varones. La foto de la farsa.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Desde Montánchez, ZETA SABE QUE LOS SOCIALISTAS TRAGAN



Si alguien conoce bien su partido es Zeta. Y sabe que los socialistas terminan tragando con lo que les eche. Al principio, cuesta un poco. Se trata de taparles la nariz unos segundos y se lo comen.

Así fue con el GAL, con la negociación con Eta y así va a pasar ahora con todo lo que les ha dado a los vascos del PNV. Que hay que llamar Araba a Álava, pues en los primeros minutos la gente se le revuelve, pero terminan pensando que eso es la modernidad y lo defenderán los primeros.

Lo dijo en el último mitin: pueden pasar muchas cosas en dieciocho meses. Y tiene razón. Lo suyo es que, en ese tiempo, los españoles le echaran de La Moncloa con cajas destempladas pues peor no se puede llevar un país. Pero él sabe, íntimamente, que los socialistas tragan.

Hay que recordar lo que ocurrió con el Estatuto catalán: algunos de los diputados amenazaron con saltarse la disciplina de voto. Al final, todo el mundo votó, todo el mundo se calló y el electorado socialista tragó quina por un tubo.

Las encuestas dicen que el PP está catorce puntos por encima del PSOE. Y será verdad. Pero casi nadie destaca que más del 30% de los encuestados guarda silencio sobre su voto. Ahí están agazapados los de Zapatero. No se atreven a proclamar que van a volver a votarle, pero él sabe que cuenta con ellos en cuanto se lo pida.

Porque tragan.

martes, 12 de octubre de 2010

Desde Montánchez, ESPAÑA



Salvo para tomar impulso. Si no, siempre adelante. El progreso mira atrás por el espejo retrovisor pero toda su atención se fija en el futuro que es presente. Cuando niño, soporté las cartillas de racionamiento, las campañas de Caritas, el barro de los cabezos, la pobreza de la barriada de La Navidad y tantas miserias que, como Machado, recordar no quiero. La emigración que hería y la televisión que mostraba la carta de ajuste. Tiempos.

La España de entonces guarda de antaño el olor a mar y a tierra. Y poco más. Sin embargo, el temor al regreso se apodera de los sesentones como quien les escribe. El alma se estremece cuando mis convecinos pierden su empleo o a la vista del auge de los comedores de auxilio social. El espíritu se rebela cada vez que visos dictatoriales corrompen la joven democracia que disfrutamos. Los demonios en el jardín me asaltan ante estas visiones, que no son producto de una pesadilla ni resultado de una abstracción depresiva ni consecuencia de una borrachera de "peseteros".

Me aterra volver en el túnel del tiempo a las delgadeces de los años cincuenta. No soporto que nuestros hijos pasen las calamidades que debimos atravesar sus padres y abuelos. Me resisto a ello. Como me resisto a alienarme, a cerrar los ojos, a conformarme, a callarme, a pasar de largo. Me resisto.

El futuro es trabajo de Dios, me decía un ser querido. Sin embargo, a Dios rogando y con el mazo dando. El presente recaba la cooperación de todos. Si la España de los cincuenta se resquebraja por efecto de la incuria psoecialista, la división entregará la victoria a los enemigos. El artículo 2 de nuestra Carta Magna dice: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las la nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.

Jamás tuvimos, en los dos últimos siglos de nuestra historia, una Constitución tan consensuada y, acaso gracia a ello, -o al revés-, tan ambigua y flexible. Cualquier reforma de esta Ley Suprema debe aspirar a esa cota de consenso, -dentro de la modernidad que los nuevos tiempos marcan- que permita a todos los españoles, sin excepción, sentirnos satisfechos de cuán importante es asumir la soberanía nacional. Pocas veces ha sido posible plasmar, de manera tan acertada, la idea de una España plural y diversa que, en esa riqueza, defiende su unidad.

La ruptura de España porque a Zapatero le salga del moño defender la peregrina idea de que la nación es un concepto discutido y discutible, comportaría males que nos despeñarían por la sima del ayer más infeliz. En este sentido, más vale una colora que cien amarillas. “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”.

Cómo que quién dice eso. El artículo 155 de la Constitución del 78. ¿Seguro? Como que Zapatero desgobierna. Entonces, sin duda. Ahí estamos. España, España, España, es mucho más que un grito de aliento a la selección nacional de lo que sea. Es la defensa de un Estado que es nación y de una nación que es Estado. Desde hace siglos. El 12 de octubre es una simple efemérides. España es un sentimiento y una razón. España mira adelante. Otros, hacia atrás. Como la mujer de Lot, se convertirán en estatuas de sal...fuman.

domingo, 3 de octubre de 2010

Desde Montánchez,REFLEXIÓN PARA LA IZQUIERDA

El fracaso de la huelga general, con unos ciudadanos dispuestos a acudir a su puesto de trabajo frente a los sindicalistas —al mismo tiempo que denostaban la política económica del Gobierno socialista—, debe hacer reflexionar a la izquierda.

Llevaban treinta y cinco años con una hegemonía moral que les permitía hacer cualquier cosa sabiendo que contaban con la anuencia general. Ellos eran los de la libertad y la democracia, de modo que hicieran lo que hicieran se entendía en pro de la libertad y de la profundización en los derechos democráticos.

Pero el día 29 de septiembre la gente dijo “no”. La auctoritas de la izquierda de resquebrajó. Nadie duda de que la defensa de los derechos de los trabajadores sea imprescindible en nuestra sociedad, pero no a través de ese sindicalismo trasnochado; nadie duda de que los socialistas han contribuido al progreso de España, pero no este gobierno anclado en un izquierdismo radical anacrónico que sólo crea paro y desesperanza.

La izquierda debe reflexionar. Ya no es tan fácil salir a la calle y decir “soy de izquierdas” para ganarse un aplauso casi generalizado; ahora hay que demostrar que la izquierda tiene algo que decir en el siglo XXI.

Por primera vez la gente le ha dicho “no” a los planteamientos sindicalistas e izquierdistas porque esta sociedad ya no vive de politiquerías ni etiquetas vanas: la gente quiere hechos, eficacia, sensatez y empleo.

Nada de eso lo ofrece hoy la izquierda.

Tienen que reflexionar.




miércoles, 22 de septiembre de 2010

Desde Montánchez, ¡Exigimos la urgente desaparición de los liberados sindicales!


Los sindicatos de clase están nerviosos, por la que se les viene encima. Doña Esperanza ha puesto sobre la mesa lo que ningún presidente de comunidad autónoma ha hecho todavía. ¿Que son constitucionales los sindicatos? Pues nadie lo niega, pero no nos parece ético ni digno lo que hacen. No son necesarios los liberados.
El sindicalismo debe hacerse fuera de horas de trabajo. ¡Ni un liberado sindical!
Después de hacer el recuento en Madrid, se han encontrado que el 37% de los liberados sindicales de UGT y CC.OO. no deberían estarlo. La Comunidad ha hecho demasiados favores a los sindicatos y estos se dedican ahora a entorpecer las políticas sociales del Ejecutivo de doña Esperanza. En pocas palabras: han mordido la mano que les daba de comer. Éste es el momento de acabar con falsedades, abusos, negligencias y represión.

El sindicalismo debe hacerse fuera de horas de trabajo. ¡Ni un liberado sindical!

El tipo de sindicalismo que hoy se hace en esta cuarteada España es un sindicalismo obsoleto, anticuado, cavernario y deprimente. Se han convertido en empresas vividoras a costa de los presupuestos. Hay que acabar con esas formas de vida tan viciadas. Como trabajadores, no queremos que nos representen; es más, queremos que se mantengan al margen de negociaciones, pactos y tratos.

El sindicalismo debe hacerse fuera de horas de trabajo. ¡Ni un liberado sindical!

Los trabajadores ya estamos maduros para saber lo que queremos. ¿Van a seguir la Administración y las empresas haciéndoles el juego? La batalla se gana en la calle. A la calle no hay quien la calle. Y cada vez más alto está diciendo la calle que los sindicatos cierren la puerta y apaguen la luz. En pocas palabras: ¡que se callen! Demasiada gente con ganas de medrar y de amedrentar, en vez de trabajar. ¡Ya está bien!

El sindicalismo debe hacerse fuera de horas de trabajo. ¡Ni un liberado sindical!

73 MILLONES DE MÁS PARA LOS ‘LIBERAOS’


Dice el Gobierno de Esperanza Aguirre que, cumpliendo estrictamente la Ley de los sindicalistas ‘liberaos’, la Comunidad autónoma se ahorrará al año 73 millones de euros: eso significa que podrá construir cada año un hospital más sin subir impuestos y sin detraerlo de la Educación, de las obras públicas o de la creación de empleo.
¡Qué caradura la de los ‘’liberaos’! ¡¡Están 73 millones por encima de lo que deberían cobrar!! ¿Y es ésta la gente que dice defender a los trabajadores?
En un momento en el que todo el mundo anda a la penúltima pregunta, averiguando por dónde sacar dinero, esforzándose por ahorrar, pidiendo esfuerzos a la familia, estos ‘liberaos’ le cuestan a la Administración de Madrid 73 millones de euros más de los que se debería invertir en ellos sin que, además, estos ‘liberaos’ nos digan en qué lo gastan, o despilfarran.
Si esto es así sólo en Madrid, ¿cuánto dineral de más reciben los ‘liberaos’ en toda España? ¿Hablamos de más de seiscientos millones de euros al año para estos ‘liberaos’?
La vida es injusta, coño.



miércoles, 8 de septiembre de 2010

Desde Montánchez, EL PEOR AÑO DE SU VIDA


Llegó a La Moncloa con sonrisita y talante.

Dijeron de él que siempre sería amado y respetado porque iba por la vida de metrosexual.

Aseguraron que con su gracejo personal podría con los problemas de España: la realidad es que seis años después tiene un país por los suelos y él afronta el peor año de su vida política.

Montilla le ha cerrado la puerta a la negociación presupuestaria con CiU, pues al convocar las elecciones en noviembre le ha dejado poco tiempo para llegar a acuerdos con quienes serán los nuevos gobernantes de Cataluña.

Además, dado que entre elección y elección ha de haber un mínimo de dos meses, o Zapatero obligaría a hacer la campaña electoral en Navidades para resolver en febrero o no puede disolver hasta dentro de un año.

Añádase que no puede haber más de tres urnas en cada elección, así que se hace imposible convocar junto a las Municipales y Autonómicas.

Las federaciones del PSOE también le han dicho “basta”, y hoy el PSOE es una batalla campal allí por donde se mire. En el fondo, cada cual está pidiendo el mismo trato de favor que ha dispensado a los socialistas catalanes.

España se derrumba económicamente con unos datos escandalosos que han hecho perder la fe en nuestro país a todo el mundo.

La sociedad está desanimada y rota.

Sin partido , con un gobierno desaparecido y con un país destrozado política, social y anímicamente, Zapatero vuelve a La Moncloa a comenzar su último año en el poder.: el peor año de su vida.

domingo, 29 de agosto de 2010

Desde Montánchez: AFGA(S)ISTÁN

AFGA(S)ISTÁN

Están. Sí están. No les quepa duda. Allí están los soldados españoles. En tierra salvaje de talibanes. Jugándose la vida en una guerra cruel que el Gobierno pinta –macabro Gobierno- de acción humanitaria. Hay que ser malo para llamar humanitarismo a lo que no es sino “poned una mejilla y después la otra”. Por último, que os rompan la cara. No en nombre de Cristo. No en defensa de España. No en representación de los pobres del mundo. Ni hablar. Los españoles entregan su vida para la gloria y la ambición de Zapatero.

Los españoles construyen escuelas, regalan comida, dan caramelos, atienden enfermos. Los soldados no están para eso. Los profesores, los médicos, los misioneros, sí. Los soldados tienen asignadas funciones propias de su oficio. Todas ellas se reducen a una: la defensa de España. Si nuestro país no ha declarado la guerra a ese Estado asiático, qué puñeta hace allí nuestro ejército. La respuesta se escribe en tinta invisible. A la luz del láser, se puede leer: “preferimos que nos maten antes de matar nosotros” (José Bono). Pero el que fuera ministro de defensa (con minúsculas) de su patrimonio conyugal y correveidile de Zapatero en la deserción de Irak, no se presenta voluntario en las tierras bravías e inhóspitas de Afga(s)istán. Que nadie pida al amo, tareas de fámulo.

La guerra de Afganistán tiene un componente imperialista que no se lo salta un galgo. Obama se aparece en carne mortal como el anti-Bush. Del mismo modo que Zapatero no sabe qué hacer para difundir el antiaznarismo. Uno y otro, tan modositos, ambicionan el poder en la medida que este poder comporta el triunfo personal de la mediocridad merced a la sublimación de la imagen. Las campañas de marketing operaron el milagro político de transformar el vino aguado en agua tintada. Si hay que beber, se bebe, pero por gusto, ni hablar. Otra cosa es que nos traguemos las mamarrachadas buenistas de estas teresas de Calcuta de pacotilla.

Afganistán es un avispero. Desde hace muchos años. El avispero es la antesala del conflicto. Como los Balcanes lo fueron en las guerras mundiales. Hay mucho dinero en juego para que rusos y americanos suelten la presa afgana. Los españoles van a llevarse de la presa lo que cayó en el conquero, como dice la gente de Huelva.

Sin embargo, Zapatero engorda su ego acomplejado y sigue la senda que Obama le indica. Nuestros soldados sufren en silencio en aras de no sé qué disciplina militaroide y amenazados de cualquier reivindicación constitucional a la libertad de expresión. Si al menos estuvieran bien pertrechados. Si dispusieran de armamento y de seguridad propios de un escenario bélico. La opinión pública recibe los cadáveres de nuestros compatriotas con la resignación del cordero que envían al degüello. Nada. Tres españoles menos. Noventa. Cien. Soldados que no combaten sino para defenderse en la legítima preservación de sus vidas.

Mientras tanto, caramelos, disparos al cielo, cantos de paz. Tres duros y una medallita dan a las viudas y a los huérfanos. Cuánto se lleva la muchachada psoecialista para recortar los gastos del Ministerio de Defensa. Nuestros soldados mueren en Afganistán. Lo que pasa es que su muerte rinde tributo a la hipocresía de un Gobierno que vende paz en tiempos de guerra y que alarma con guerras en momentos de paz. A conveniencia del señor Zapatero.

Más vale a Chacón que dimita antes de seguir en este limbo jurídico. La ONU autoriza la guerra pero no la legitima. Menos aún una guerra humanitaria. Habráse visto semejante trochería. Se ha visto. Se sigue viendo. En el Gobierno de Zapatero, cabe todo. Hasta lo más inverosímil. Qué cruz. Para cruz, la de nuestros soldados en Afga(s)istán mientras Zapatero ni está ni se le espera. El muy valiente.

Un saludo.

martes, 17 de agosto de 2010

Desde Montánchez: ALTERCAR

A veces, uno siente la necesidad de callar. No de silenciar, no. De callar. De no hablar. De abstenerse de manifestar lo que siente o lo que sabe. A veces. El compromiso para con uno mismo y para con los lectores impele a mantener la línea de la comunicación. La voluntad de alterar la conducta habitual arrastra un cambio de esencia. Al menos, una modificación de la forma. El “a veces” constituye un alto que perturba, una muesca que enoja o un atajo que descompone.

Alterar no es altercar. No lo es. Sin embargo, el “alter”, el otro, forma parte de su lexema. El alterar lleva al trastorno y el altercar a la porfía. No se trata de inquietar a nadie ni de disputar con nadie. El objetivo es hablar, sin caer en la tentación momentánea de una mudez impuesta por el propio cansancio o por la ajena presión.

Altercar es el verbo que Zapatero conjuga en primera persona o conjugan otros en su nombre. Disputar y porfiar. Alterar sin que parezca que el altercado nace en el líder. El otro es el que altera y el que alterca. Aunque los otros sean legión y los que circulan en la dirección incorrecta sean ellos. Que parezca.

La nueva bomba fétida la ha tirado el gran Pepiño Blanco. Hay que subir los impuestos, le ha dicho el jefe que propague “urbi et orbi”. Toca los güitos un poco más a los españoles. Total. Como el otoño transporta leña al mono del paro y la máquina quema los restos del barco económico, un lance más no importa. A los “alteres”, que perdidos, al río. Tres por el precio de una. Si me quieren intimidar con el órdago de una huelguecita, yo embrido a la caballería con una riada de impuestos. A más lamentos, más tributos. A más pulsos, más vacile.

Hay que ganar tiempo al tiempo. En esta legislatura, hemos arañado veinticuatro meses a dos años. En el ecuador. Sin más armas que la mentira y más recursos que el embaucamiento, a la Moncloa siguen amarrados. Quedan dos años de lucha por arracimar dinero, poder e influencia. Dinero que hurtan a los contribuyentes. Poder que el comportamiento indigno deslegitima. Influencia que, lejos de nacer de la autoridad moral, se trafica con intereses narcóticos.

Zapatero altera y alterca. Blanco es el almuédano de la malignidad del leonés. Los otros. Ya lo relataba Amenábar. Problema de fotofobia o de porfiria. El Gobierno huye de la luz y de la transparencia. Su vida política se estructura evitando cualquier exposición a la luz del sol. La sombra del viento, escribió Ruiz Zafón. Hans Christian Andersen decía: “el sol también la debilitaba (a la sombra). No comenzaban a vivir hasta la noche, cuando el sol se había puesto”.

Como las mafias. O las sectas. O los vampiros. Todos chupan nuestra sangre. El Gobierno altera. El Gobierno alterca. El Gobierno es el PSOE. El PSOE tiene el Gobierno. Drácula circunflejo.

Un saludo.

domingo, 18 de julio de 2010

Desde Montánchez, BLANCO DE FOMENTO

El ministro de Fomento se llama José Blanco. Uno diría que Blanco es el ministro cataplasma. Blanco es pesado, fastidioso, embustero. Aplica la pomada calmante o emoliente a su política. Ahora. Antes, no. Antes se presentaba como la cara eficaz de la cruz inoperante que resultaba Magdalena Álvarez. Hasta que Zapatero se enteró de lo que vale el peine económico, Blanco gastaba a manos llenas. Derroche y despilfarro en su cuerpo de blanda consistencia y en su alma modelable a golpe de dedo.

Blanco ya no promueve, ni impulsa ni vivifica. Blanco se dedica, ahora, a poner obstáculos, a sembrar campos de minas, a entorpecer el desarrollo de las infraestructuras. Y así.

Maestro en la ofensa y perito en el insulto, Blanco echa la culpa al PP del macro-recorte que va a perpetrar en la obra pública. Ya ha avisado que, hasta el año que viene, no dispone de un euro para pagar las certificaciones de obra. Ha tirado el dinero y ahora no tiene ni para pipas. Mucho festejo, exceso de propaganda, tira de clientela, demasiado viajecito, promesas a troche y moche, alharaca partidista y, al final, qué. Al final, eso. Ni una moneda para pagar a las empresas. A rescindir contratos.

Qué va a pasar con las obras en curso. Qué depara el ministro cataplasma a las empresas que ya están en el tajo. Qué sucederá en 2011 si la crisis va a seguir un lance paralelo al actual. Qué. La respuesta es sencilla. Se atenderá, a bajo ritmo, las infraestructuras que desarrollen territorios en los que el nicho de votos sea mayor. Sensu contrario, allá donde el saco de votantes esté asegurado o su cuantía sea insignificante, parálisis total. Item más: en feudos peperos, el ministro antifomento mermará los recursos hasta la nada. La política del PSOE tiene de estructura lo que Zapatero de esencia. Ni un ápice. Ni una coma. Ni un bledo.

Hasta el año 2017, casi ná, se pueden deslizar los pagos. Las carreteras y las autovías se quedarán como están. Se arreglará algún bache para que no se diga. Las carreteras deficitarias, a los pueblos más pobres. Como son pobres, no se darán cuenta, dicen fuentes insolventes del Ministerio, todas ellas extraídas del manantial madre de la militancia psoecialista. Peor estaban con Franco, nos aseguran.

El fomento de Blanco es, en realidad, negra obstrucción. En las cocinas del partido ya han puesto al fuego el nuevo asado. Tiene poca carne y mucho hueso. Con unos injertos de silicona y un añadido de tocino ahumado, dan el pego. Siempre tienen el recurso a despedir a más funcionarios, a sugerir que se contraten pensiones privadas, a privatizar más servicios públicos.

Me pregunto si ustedes, lectores, compartirían conmigo la siguiente idea. Propongo privatizar a todo el Gobierno. Pero me explico. El Consejo de Gobierno que haga como si. Sólo cara al público. En la trastienda, que gobiernen profesionales de la gestión, de la administración, de la empresa, del amor a España. Los éxitos que se los apunten los Zapatero y los Blanco de turno. Pero, al menos, que el país esté gobernado por gente de bien. ¿O sí?

sábado, 3 de julio de 2010

Desde Montánchez: LO QUE LE ESPERA A RAJOY

Hace unas semanas se argumento en un debate televisivo —“La noria”, en Telecinco— que el gran temor tras las próximas elecciones, si el PP no obtiene la mayoría absoluta, es que los sindicalistas liberaos saldrían a “quemar” las calles en cuanto Rajoy tome las decisiones que tiene que tomar para enderezar la economía y la sociedad españolas. Como no podía ser de otra manera, los de enfrente se echaron encima del contertuliano, los compañeros de debates Enric Sopena a la cabeza.

Pues no ha hecho falta esperar a las próximas elecciones para ver de qué modo se van a comportar los sindicalistas liberaos en cuanto que Zeta haya hecho las maletas: la huelga salvaje del Metro de Madrid es suficiente aviso.

Dijo el contertuliano que se teme lo peor si el PP no obtiene la mayoría absoluta. En eso creo que se equivocó: incluso con mayoría absoluta, esta gente saldrá a quemar las calles.

Qué lenguaje, qué modo de agitar al personal en una asamblea, qué manera de amenazar a la sociedad y de secuestrar a los ciudadanos, que toman el papel de rehenes de unos tipos que merecen más bien desprecio.

Independientemente de que la huelga salvaje con rehenes del Metro de Madrid se ha montado porque les van a bajar unos 14€ al mes de sus buenas y seguras nóminas, el asunto es lo antidemocrático que suenan sus algaradas. Estos señores se creen con el derecho de tomar las calles, quemarlas y, además, se pasean después tan orondos.

Esto le espera a Rajoy cuando gobierne, ya que no creo que la sensatez inunde la cabezota de estos sindicalistas liberaos, transformados en piquetes informativos cuya “información” consiste en mandar a algunos de sus compañeros a la ambulancia con unos buenos puñetazos.

La huelga salvaje con rehenes del Metro de Madrid ha sido un hecho vergonzoso para cualquiera que quiera luchar de verdad por los derechos de los trabajadores. Un país con cinco millones de parados ha tenido que soportar el arbitrio de unas gentes groseras porque les rebajan 14€ de su nómina mensual.

Es increíble que una crisis económica que tuvo su origen en lo menos ético del capitalismo, vaya a llevarse por delante a los sindicatos y mantenga en sus puestos a los brokers. Pero si esto es así sólo hay unos responsables: los mismos sindicalistas.

miércoles, 16 de junio de 2010

Desde Montánchez: HUELGA, NO; ELECCIONES, SÍ

No comparto, generalmente, la idea de las huelgas. Nunca me he declarado en huelga. Me parece un modo de protesta poco eficaz y que, además, fastidia a gente que no tiene la culpa. Y en las actuales circunstancias en España, una huelga general es lo que menos falta hace.

Prefiero que Zeta disuelva las cámaras esta misma tarde y dentro de mes y medio seamos convocados a las urnas, aunque sea en pleno mes de agosto, y con los votos decidamos si este hombre puede seguir gobernando en España o hace falta que venga otro. Así de claro.

Huelga general ¿para qué? ¿Para pedir que no se tomen las medidas que la economía y la sociedad española necesitan? ¿Para evitar que se pida un euro por receta médica o que se termine con el cachondeo de las bajas laborales por depresión cada dos meses? ¿O una huelga, como la de los funcionarios, para nada?

No podemos ser insensatos. Desde un lado al otro del planeta se está diciendo que Occidente, como tal, vive por encima de sus posibilidades. Y, además, sin cultivar ningún valor o principio social más que el tener y tener, sin rastro de preocupaciones morales. La crisis no es sólo económica, sino de la esencia de nuestro estilo de vida.

Reflexionar sobre esto me parece más interesante que declararse en huelga. Hemos alcanzado cotas fantásticas en cuanto a libertades y derechos políticos y sociales; pero, al mismo tiempo, hemos tocado fondo en cuanto a nuestro proyecto como seres humanos. Esta es la crisis. Lamentablemente, en el Occidente de hoy apenas podemos contar con pensadores que nos hablen sin demagogia, con poetas que narren este desgarro. No hay ni cantautores que nos pongan el espejo delante para incomodarnos. Sin esa capacidad de discernimiento, nuestra sociedad se evade contando dólares en el mercado bursátil. Y eso es una estupidez.

La crisis es el reflejo de nuestra estupidez. Eso no se soluciona con huelgas.


miércoles, 2 de junio de 2010

Desde Montánchez, DERRIBAR AL GOBIERNO



El decreto ley del recortazo nos ha desvelado hasta qué punto el Gobierno es una piltrafa. Su presidente, un pellejo político. El Consejo de Ministros, un colectivo de ínfima consistencia moral que todos desechan. La soledad de Zapatero se escenificó delante de millones de personas. El hombre quería mantener la sonrisa de conejo pero el ímpetu de la soberbia herida sepultaba el mohín forzado. Todas las formaciones quieren demoler el tinglado falaz que el PSOE ha erigido, desde hace un sexenio, en torno a un sujeto sin predicado y merced a un predicado letal cuyo sujeto no se ha explicitado. Todavía.

Derribar al Gobierno es, en realidad, un requisito. La condición sine qua non para que ese Gobierno no arruine al pueblo cuyo interés juró, o prometió, defender. Nuestra economía se devalúa a medida que aumenta nuestra deuda. La prosperidad que, otrora, gozamos, se diluye cual azucarillo en aguardiente. El pleno empleo que un quinquenio atrás se alcanzó, en sueño de una noche de verano se ha convertido. No hay sustancialidad en un Gobierno que carece de esencia y no hay carisma en un presidente tahúr.

La vida nos pone a cada uno en nuestro sitio. Antes o después, la mentira acaba por engullir a quienes la emplean como arma contra el pueblo. Sí se manipuló la información cuando se culpó a Cascos del desastre del Prestige. Sí se calumnió a mansalva cuando se llamó asesino al Aznar que no nos envió a la guerra de Irak. Sí se injurió al encausar la masacre de Atocha con los asesinos de Al Qaeda. Sí se difamó cuando se imputó al PP el secuestro de la democracia y cuando se instó a rodear a la derecha de un cordón sanitario. Detrás de toda esta panoplia de falsedades, el PSOE, con Rubalcaba de maestros de ceremonias y con Zapatero de inocente niño jesús. Con perdón.

Construir un Gobierno sobre tanta estafa es una tarea, no crean, muy complicada. La dificultad estriba en que la edificación no se cimentó con pilotes de garantía estructural, sino sobre el fango de una propaganda tan malsana como cruel. No se creaba. Se plagiaba. No se generaba riqueza. Se derrochaba el pingüe legado popular. No se producía una administración honrada. Se elaboraba una burocracia paralela, adicta y lacaya. No se perseguía el bien público, sino el interés partidario. No se premiaba la capacidad y el mérito. Se alababa la obediencia al régimen. No se puede mentir a todos tanto tiempo.

La gestión de Zapatero no es que se caracterizara por la impericia, es que discurría por la inoperancia. El presidente por accidente desvió la atención de todos a base de Estatutos, de leyes de Memoria histórica y de insulsas alianzas de incivilizaciones. Toda una horda mediática soportaba la ficción del discurso político del intruso. El impostor de la política antiaznar. Ebrio de soberbia. Hinchado de pestilente pus que él denominaba ideología.

Los restos del naufragio están llegando a las playas de los trabajadores y de los jubilados. Tablones de salarios recortados. Miserables pensiones encapsuladas entre cubos de hielo polar. Cuadernas destrozadas de vidas obreras que aspiraron, un día, a comprarse su propia vivienda. El Gobierno de Zapatero se ha arrojado sobre los arrecifes. Dice que también se hundió el Titanic. Al Titanic lo hundió la miseria de los indeseables. La misma miseria que ahogará a esta sociedad si los oficiales no mandan al capitán a donde la corresponde. A las graveras de derribo. Cuanto antes.

viernes, 28 de mayo de 2010

Desde Montánchez: RODRÍGUEZ NI-NI-NI-NIZAPATERO


Ni reforma laboral, ni cambios estructurales, ni políticas sociales, ni apoyos parlamentarios, ni una alegría que echarse al cuerpo. Rodríguez Zapatero camina como un zombi y convoca a líderes mundiales en Río de Janeiro para hablar de “su” Alianza de Civilizaciones y ni va.

Va a ser difícil encontrar a alguien más desastroso en la Presidencia del Gobierno en las próximas diez generaciones.

En la situación a la que ha llegado, ¿por qué aguanta? ¿Qué le puede impulsar a levantarse cada mañana? Si es por deber patriótico, quizá sería mejor que le explicaran que le perdonamos el castigo. Si es por mantenerse a costa de lo que sea porque compró abono para cuatro años, que alguien piense el modo de devolverle el dinero. Si es porque cree que agarrándose al sillón va a mejorar y ganar las próximas elecciones, que vaya al médico porque está mal de la cabeza.

Este hombre que ahora sale por las televisiones dando gritos, diciendo que no admite críticas y que se oculta en el gran debate parlamentario, tiene mucho peligro. España, con él a la cabeza, ya es el hazmerreír del mundo, pero eso importa menos que la que nos puede caer encima.

Es tal su sectarismo, tales sus odios a quienes no piensan como él, y tal su necesidad de encontrar un bote salvavidas que no es de extrañar que acelere todos sus proyectos de izquierda radical para salir del poder dando un portazo. Y eso es peligroso.

A Zeta no le ha temblado la mano a la hora de denigrar la Transición, de crear el “cinturón sanitario”, de atacar los conceptos más básicos de la moral española. Ahora que necesita el voto comunista y antisistema más que nunca, ¿en qué estará pensando?

Tras el debate parlamentario en el que se quedó solo, Zeta se ha convertido en un peligro.

martes, 25 de mayo de 2010

Desde Montánchez: EN LA BOCA DEL INFIERNO

Albergues de madera de Mensajeros de la Paz en Haití.

Sesenta “mensajeros de la paz” han ido a Haití para inaugurar los albergues que el padre Ángel ha construido con sus arrestos. Es mentira que este cura necesite donaciones para conseguir lo que nadie consigue; lo hace a fuerza de riñones (por no escribir aquí lo que habría que escribir: básicamente, güevos).

Ha decidido que nada se le va a poner por delante, y el resultado pasma: mientras en Puerto Príncipe todo sigue igual de mal desde el terremoto, él ya ha construido hogar para cincuenta familias y un centro para cuidar ancianos. Habría que inventarse el modo de darle tres vidas más, pues va a ser difícil que nos salga otro tipo así con los actuales cruces genéticos de nuestra especie.

Quizá sea el único retazo de esperanza que puede verse en esas calles destartaladas en las que, por no haber, ni aparece un coche de la ONU más allá del aeropuerto, y ni un solo soldado de los miles que dicen que hay. La gente se hacina en las mismas tiendas de campaña que se levantaron con urgencia hace cuatro meses, al lado de edificios derrumbados sin desescombrar. En este tiempo a nadie se le ha ocurrido hacer nuevos campamentos. Lo único estable es la obra del padre Ángel, y no ha hecho más barracones de madera con agua corriente y luz porque el gobierno, o lo que sea que gobierna allí, no le deja. Así es la vida: no le dejan.

Haití es la boca del infierno. Más allá de la entrada, el vagar de cuerpos será el vagar de espíritus, pero no creo que pueda encontrarse mucha más diferencia: deambular entre miseria para ver si acaba el día y comienza otro y hacer lo mismo. En la boca del infierno todo se convierte en un esperar a nada cada minuto que pasa.

Por eso hay que admirar al padre Ángel y a la gente que le ha echado narices de presentarse allí: Roberto les puso un generador de electricidad; Carlos les cavará un pozo; Soledad les llevó toneladas de medicamentos… Sin embargo, lo mejor es que estos “mensajeros” son capaces de conmoverse con ellos: Susana llora porque se encuentra con las monjas que trabajan allí; Gemma juguetea con las niñas para que sonrían; Sandra respira hondo detrás de sus gafas de sol para no emocionarse; Isabel pone un micrófono para denunciar la miseria, y Araceli les canta algo con Alejandro por si vale. Quizá valga todo.

Han vuelto con algunos recuerdos en sus cámaras de fotos. Pero tengo la impresión de que lo más sustancial del viaje no lo van a poder enseñar en un power ponit: se les ha quedado dentro, en el cuajarón del alma. Y no siempre es fácil traducir lo que dicen algunas miradas.

martes, 18 de mayo de 2010

Desde Montánchez: ZETA, NO SALGAS DEL DESPACHO


No provoques, y dile a tu gente que se quede sentadita en el coche oficial, disfrutando de sus prebendas mientras puedan. No salgas del despacho, Zeta. Has engañado a demasiada gente como para pedir que estén calmados.

Andan con los puños cerrados y los dientes apretados, Zeta. Y no los de la derecha, precisamente: tu gente, gobernante incapaz, tu gente. Les has engañado porque creías que eras el más listo y que podías pasarte la vida buscando culpables en vez de soluciones.

La gente tiene miedo al futuro. Por vez primera, creemos que nuestros hijos van a vivir peor que nosotros, y que nosotros vamos a terminar viviendo peor que nuestros padres. Has dejado este país como si por aquí hubiera pasado una guerra. Sin cascotes, ni incendios, pero tal cual una guerra, o un tornado.

Ya te has ganado los primeros pitos en cuanto has asomado la cabeza fuera de La Moncloa. Mejor que te quedes cuidando tu armario gótico. Te has convertido en una provocación andante. Y eso que la gente que no te vota es pacífica; si fueran tan violentos como los tuyos que se fueron a quemar sedes del PP, ahora mismo España era peor que Grecia.


Porque no somos Grecia, ya lo sabemos, pero estamos obligados a hacer lo mismo que Grecia. Vaya risa.


No salgas de La Moncloa, Zeta. Ni siquiera cuando dimitas o cuando te echen las urnas vas a poder salir a la calle: porque se puede gobernar mal, pero no se puede engañar tan descaradamente a todo el mundo.


Un última cosa, Zeta: Aznar, ése tipo al que tanto odias, tenía razón… Nunca nadie hizo tanto daño en tan poco tiempo como tú.



domingo, 16 de mayo de 2010

Desde Montánchez: SABOTAJE AL PP


Conforme las elecciones se aproximan, la actividad propagandística se funde en el frenesí. El despliegue es furibundo. Hay que ganar. Como sea. No hablemos de crispación. Utilicemos el sustantivo tensión. No refiramos agresividad, sino pasión. Rechacemos la violencia y acojamos la serenidad. Condenemos el sabotaje y ovacionemos el juego limpio. De cara al exterior, lo dicho. Entre nosotros, el lado oscuro de la ley. Sabotaje. Por supuesto, que sí. Daño continuado a todo y a todos. Sin miramientos para quienes nos hagan frente. Palabras de Zapatero.
El PP es el enemigo a batir. No es el adversario. El PP es el enemigo implacable al que hemos de derrotar y de humillar. Más disimulemos y simulemos. ¿No es lo mismo? Ni hablar. El lenguaje es un arma de destrucción tan afilada como el alfanje. Hemos de disimular para tapar y encubrir nuestros errores, para disculpar o tolerar los desmanes de los nuestros, y para disfrazar las caóticas acciones de Zapatero y demás compañeros de fatigas. Cuando simulemos, la ficción continúa pero con otro sentido. Simulamos para representar un papel que no nos corresponde pero que tenemos que usurpar. Simulamos cuando vestimos a Zapatero de líder con talante y, en vez, de rey traidor, le hacemos interpretar el Romeo que muere por amor a España.

Sabotaje y muerte. Las elecciones no son una fiesta de la democracia. Fiesta, para el que gana. Sepelio para los que pierden. Las elecciones son un conflicto social de primera magnitud. El conflicto es la suavización del combate, de la pelea, del enfrentamiento armado. Expresemos, en público, la idea de conflicto. Más, en privado, lucha a muerte. La supervivencia en el poder depende de la victoria final. La batalla se hace más dura y violenta. Al enemigo, ni agua, salvo que esté envenenada. Cara de santo por delante y satánica por detrás. Sin que nadie perciba nuestro juego. Consignas de Zapatero.
El PP ha comprado la mayoría de los décimos para que le toque el bono loto del sufragio municipal, la primitiva del comicio autonómico y el euromillones de la cita general. Sabotaje. Hurto o robo, a discreción. Falsificación de billetes, a capricho. Calumnias e injurias, sin temores al Fiscal. Congestión de la red, por momentos. Manipulación de antenas, a conveniencia. Inserción de neuras, angustias y agonías. Obstrucción de las fuentes de financiación, a lo Al Qaida. Jirones de la memoria histórica, a sangre. Rememoranzas sesgadas del franquismo, a tutiplén. Sabotajes mil. Al PP. Contra el PP. Órdenes de Zapatero.

Mucho Prestige, toneladas de Irak, centenares de gürtel. Aznar y Hitler. Zapatero con Obama. Matas, corrupto y Bono, cristiano. Rubalcaba, ermitaño y Trillo, burgués. Rajoy, avestruz y Felipe, dios. Soraya, madrastra y De la Vega, Blancanieves. Salgado, que entra y Cospedal que sale. Garzón, mártir y Luciano, muerto. A Luciano, como a Marino, muerte. La verdad no es la verdad la diga el rey o su cochinero. No. La verdad es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios. Y quién es Dios. Dios es el poder. El poder del PSOE. Los demás, almas demoníacas. Al infierno. Propaganda de Zapatero.



La que nos va a caer con... Zapatero.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Desde Montánchez: GARZÓN SE ESCURRE


“Qué ha de temer un hombre tan cabal y con tantos partidarios. Nada. Debe buscar que la verdad resplandezca. Su estrella brillará, entonces, como nunca. Si se escuda en la forma del proceso en vez de salir a pecho descubierto dando la batalla a sus denunciantes, estará ingresando en el saco de los malayos o de los astapos. Qué pena. Quién lo vio y quién lo ve. Inocente. Sin duda. Pero cobarde, un montón”.

El párrafo precedente, que entrecomillo, está extraído de otro artículo de este blog. Precede y procede. Cobarde es quien carece de ánimo y de valor. Cobarde es quien se escurre. Se escurre quien se esconde. Escurrido es lo caduco y lo que desaparece con facilidad. Garzón pide el traslado. Ha dejado de solicitar licencia por estudios. Ahora se traslada. En plena vorágine judicial, don Baltasar se muestra esquivo ante el riesgo. Dicen que quien a hierro mata, a hierro muere. Dicen. Pero no siempre es así.

Este articulista se acuerda de Gómez de Liaño. Mi admiración hacia el hombre. Mi alabanza hacia el ser humano. Nunca apartó la cara. Se la rompieron. Pero no fintó el golpe. Declaró su inocencia y lo sentenciaron culpable. Garzón fue uno de los judas que traicionaron a este hombre bueno. Al final, demostró su verdad y los infames que asesinaron su honor, como infames quedaron.

Garzón, no. Garzón se escuda en los muertos de la guerra, en los favores de Prisa, en la mudez del PSOE. Se escuda tras las amplias espaldas del poder. Poder y fuerza. Autoridad, poca. De la misma manera que Bono, su patrocinador de antaño, se parapeta en su condición de patriota, de cristiano y de socialista para justificar su inexplicable incremento patrimonial. Cómo son estos obreros. Cómo se las arreglan estos psoecialistas. Cómo.

El Tribunal Penal Internacional espera a Garzón. Una huida a tiempo puede evitarle la suspensión cautelar. Se va Garzón. Hasta luego. Hasta pronto. Hasta que la Justicia haga honor a su nombre. Ay, Pacheco, Pacheco, lo del cachondeo se inscribió a fuego en el frontispicio de los tribunales. Ay, Garzón. Puente de plata, no, porque no eres mi enemigo. Puente de lata, sí, pues, al cabo, todos tienen derecho a la escapatoria. El destino nos dirá durante cuánto tiempo se prolonga la huida, digo, el traslado. Anguila. Sérpido.

viernes, 7 de mayo de 2010

Desde Montánchez, RAJOY: DEMASIADA GENEROSIDAD

No es posible explicar que Rajoy accediera a la cita con Zeta sin calificarlo de excesiva generosidad del líder del PP, muy cercana a la estupidez.

Esa reunión nunca debió ser aprobada por una oposición seria: si Zeta necesitaba una bocanada de oxígeno, que se la pida a la Zeja y a los sindicatos y al de Marsans.

Al final, ahí tenemos la conclusión: han llegado a un súperacuerdo para reformar las cajas de ahorro. Me muero de la risa.

Rajoy no puede ser tan generoso con quien no lo merece. Con ese mismo que lleva seis años unido a sindicalistas, nacionalistas y radicales para expulsarle del mapa. No hace cuatro días que los socialistas tacharon al PP de heredero del franquismo. Y a esos mismos ha ido Rajoy a darles credibilidad. Inexplicable.

Su Majestad el Rey, con todo el respeto que me merece, se equivoca: Señor, no es cosa de la Unidad Nacional dar cabezazos a la política económica de Zeta. No, Señor. Quizá Vuestra Majestad no recuerde que ha habido asuntos en esta Legislatura sobre los que pedir consensos y me da a mí que no le han escrito discursos sobre ellos: consenso sobre las reformas de los estatutos de autonomía, sobre todo el catalán; consenso sobre el cambio de la Ley de Aborto; consenso sobre el gasto público; consenso sobre el diálogo con los terroristas de Eta.

Eso sí hacía referencia la Unidad Nacional y a concepto de España, no la política económica de unos despilfarradores.

Ahora vienen con que resulta que la Unidad Nacional pasa por no criticar a Zeta en su peor momento. Pues, no. Se equivoca el Rey y se equivoca Rajoy: que Zeta se aplique su medicina. Ese líder de la izquierda radical en el poder dijo del PP hace dos semanas “que se cuezan en su propia salsa”. Tomamos nota, señor presidente del Gobierno. Pero, ahora, cuécete tú en tu propia salsa.

Sin embargo, Rajoy prefirió ir a una reunión sin preparar, con unos acuerdos propios de subsecretarios y un sabor final a paripé sin las soluciones que demanda España.

Si este presidente del Gobierno llama al Jefe de la Oposición, sólo debe haber una respuesta: “lo que usted me quiera decir, me lo cuenta en las Cortes generales, en sesión conjunta de diputados y senadores, emitido en directo por las televisiones”. El resto, es filfa.

Y, Señor, si esto es atacar la Unidad Nacional, considéreme separatista (por lo menos, nunca le escriben discursos contra los separatistas).


miércoles, 28 de abril de 2010

Desde Montánchez: CRISIS INSTITUCIONAL

Si la decisión que han tomado los gurús del Partido Socialista es el fomentar una gran crisis institucional para superar el desprestigio que se ganan cada día en las calles, me temo que están a punto de conseguirlo.

En un país hastiado, inmerso en la mayor crisis económica de Europa, desencantado con la Política y los políticos, y testigo de la desesperanza de quienes sin trabajo no encuentran salida a su desgracia, la confrontación civil es como un regato de pólvora al que sólo hace falta que le acerquen una chispa.

Todo parece indicar que el PSOE y la izquierda se encuentran a gusto en este ambiente: tienen el chisquero en la mano.

Hace sólo seis años España era ejemplo de país bien dirigido, prestigiado, comprometido con Occidente e integrado por una sociedad en calma. Los nacionalistas gustaban de vivir con las tiranteces propias de su negocio, pero en la calle existía la seguridad de que las instituciones funcionaban casi correctamente.

El balance de la España de 2010 es pésimo: unos gobernantes que no buscan soluciones a los problemas sino culpables entre la oposición; un PSOE que ha hecho del grito y la invectiva zafia su modo de comunicarse con la sociedad, y unas instituciones zarandeadas por unos vejestorios que echan de menos la revolución que fracasó en su juventud.

Es el modo que han encontrado para quedarse agarrados al poderón. Sin remedios a las dificultades, sin alternativas a la desesperanza: con la amenaza de prender fuego al regato de pólvora que ellos mismos van esparciendo, ora contra los jueces, ora contra la Constitución, ora desde Madrid, ora desde Cataluña.

La izquierda cree que una gran crisis institucional les salvará en las urnas. Quizá tengan razón y salgan beneficiados, pero España volverá a quedarse al margen del camino de la historia.

 

sábado, 24 de abril de 2010

Desde Montánchez: ¿PREVARICÓ GARZÓN?

La vasca ha perdido el norte. El sentido de la orientación. Quizás nunca lo tuvo. Anduvo errante tanto tiempo, a la zaga de la dictadura, que ha terminado por no saber dónde está de pie. La vasca de Garzón es, en realidad, la cuadrilla del pifostio. Con perdón de la Real Academia. La panda del disturbio, del abuso, del exceso, de la alteración.

El grupo de amigos convocados en la Complutense por Méndez y Toxo están que trinan con el Tribunal Supremo. La cuadrilla se agita, nerviosa, como animal rabioso, a causa del más que probable procesamiento del juez estrella. Un ímpetu colérico se ha apoderado de ella. Tal es su desazón, que algunos de sus miembros han cargado contra el Altísimo Tribunal. Que si falangistas, que si franquistas, que si cómplices de no sé qué crímenes. Arrechucho incontenible el de estas personas que, en vida de Franco, callaron cobardes y han tardado treinta y cinco años para asegurarse de la muerte del dictador. Gallardía sublime, que diría el Forges que fue.

El asunto es simple, señor Villarejo. Muy sencillo, señor Mena. Cabal, señor Zarrias. Tanto que este articulista empieza a dudar de la buena fe de tan significados señores. Sea a sabiendas o por ignorancia, los nombrados han efectuado unas declaraciones tan horribles que se auto descalifican. El señor Garzón no ha sido imputado por la Falange. La Falange se ha limitado a denunciarlo. La imputación la realiza un juez. Ni más ni menos que un juez. Mediante un Auto debidamente motivado. No se ha producido condena. Todavía. En un Estado de Derecho, las garantías son indeclinables. El proceso judicial ha de seguir su marcha. Conforme a ley. Los señores Villarejo y Mena han sido fiscales. Lo saben. Y aunque lo saben, muerden dialécticamente.

En 1977 se promulgó -muerto Franco- la Ley de Amnistía. Ciertamente es una ley preconstitucional. Pero no es una norma franquista. El mismo Garzón la esgrimió para rechazar una denuncia contra Santiago Carrillo. Si fue válida entonces, ha de serlo hoy en tanto no se ha derogado. Con independencia de que Garzón careciera de competencias para entender en el caso, que no las tenía, la coherencia ha de guiar la conducta de la judicatura.

En este sentido, el señor Garzón estaba enterado de que Franco había muerto en 1975. Del mismo modo que tenía la obligación de saber -pues la ignorancia sería inexcusable- lo que dice esta ley. No obstante, le refrescaré la memoria. Verán: en sus artículos primero y segundo, se explicita toda una pluralidad de actos que están amnistiados. En los artículos terceros al quinto se amplía el espectro a faltas e infracciones de todo tipo, “con la sola exclusión de las tributarias”.

El artículo sexto es determinante en cuanto recoge textualmente la “extinción de la responsabilidad criminal...”. Item más: si el señor Garzón pretende encausar a Franco y Franco ha muerto, ¿cómo podrá defenderse el que fuera dictador de España? ¿O acaso Garzón, Villarejo, Mena, entre otros insignes juristas y constitucionalistas, niegan esta facultad a según qué personas?

Me recuerda un caso en el que debí articular. Cierto profesor advirtió, un año después de haberla aprobado, que una alumna había copiado en todos los exámenes de su asignatura. La advertencia procedió de una denuncia firmada por otra alumna a la que se había pillado in fraganti en la copia de chuletas varias. El profesor, sumido en su mandorla de pantocrátor justiciero, aprovechó que la estudiante seguía en la Facultad, decidió rectificar las actas y suspenderla. Por más que se le reconvino oficialmente sobre la improcedencia del acto, el docente persistió en su empeño. La chica recurrió y la Universidad le dio la razón. A la joven copista/copiadora. Sin embargo, no se suspendió, siquiera cautelarmente, al catedrático. Infractor no sancionado. Corporativismo. Algo peor. Garzón se equivocó. ¿Prevaricó? Habrá que verlo.

Derecho y derechos. Derechos y Derecho. Las politiquerías, como las venganzas, no deben tener asiento en un Estado en el que la Ley, sólo la ley, impera. Si no, a Cuba. O a Venezuela.




jueves, 22 de abril de 2010

Desde Montánchez, Presentación Producto Club Jamón Ibérico

Presentación en la comarca de Sierra de Montánchez y Tamuja del Club de Producto del Jamón Ibérico, y entrega de distintivo a las empresas adheridas.

miércoles, 14 de abril de 2010

Desde Montánchez,GARZÓN PRETENDE EL DESPRESTIGIO DE ESPAÑA

Garzón es tan megalómano, tan soberbio, tan pagado de sí, que le da igual todo lo que no sea él. ÉL, escrito en mayúsculas como se escribe el ÉL referido a Dios. ÉL, Garzón, aquel que se hizo una página Web para pedir nada menos que en Nobel de la Paz. ÉL, el que está dispuesto a pasar a la historia pese a quien pese. ÉL, el que está acusado de cobrar del Banco de Santander.

Ahora se dedica a mover todos los contactos que tiene en el extranjero, no sabemos si también pagados por el Banco de Santander, para que desde cualquier lugar del planeta lo que esté en tela de juicio no sea su arrogancia, sino nuestro país: Garzón pretende el desprestigio de España como defensa a sus graves errores.

Lo peor que hicimos los españoles en nuestra historia fue enfrentarnos en una guerra estúpida y cruel; hermanos contra hermanos. De ahí nació el franquismo que fue régimen dictatorial que trató sin contemplaciones a sus enemigos. Y todos los españoles de hoy somos contrarios a cualquier práctica dictatorial y a cualquier rencor.

Por ello, los españoles votamos la Constitución e hicimos una TRANSICIÓN EJEMPLAR. Buena parte de nuestra Transición tuvo como base dos conceptos: los franquistas se olvidaban de sus privilegios y la oposición no pedía venganza. Gracias a ese axioma, España fue ejemplo en el mundo.

Pero llegó Zeta y quiso ganar la Guerra Civil 75 años después; desenterró zanjas para encontrar huesos que sirvieran para darnos en la cabeza los unos contra otros. Zeta quiso matar la Transición. Luego, llegó Garzón —al servicio de Zeta— y se metió donde no podía desde el ámbito judicial (otra cosa es el campo político, donde nadie le niega que defienda lo que quiera). Ahora va a ser juzgado —según un juez “progre”— por una denuncia —llegada de los que llaman “fachas”—. Sin embrago, ni la denuncia ni el juicio tienen que ver con el franquismo ni con nuestra Transición a la Democracia, sino con los errores de Garzón, con su soberbia y con su arrogancia.

Pero ÉL está moviendo los hilos, no sabemos si pagados por el Banco de Santander, para que desde Gran Bretaña o desde la Argentina de los Kirchner estén dudando de nuestra Democracia.

Y eso, no: NO. Lo escribo con las mismas mayúsculas que su ÉL.

Garzón no tiene ningún derecho a resucitar las dos Españas. NINGUNO. Si está dispuesto a desprestigiar nuestra historia reciente, que lo haga desde el púlpito político, pero no contando mentiras a través de autos judiciales: nadie le juzga porque sea contrario al franquismo —que eso lo somos todos—, sino porque presuntamente ha prevaricado. Y no hay más.

Su presunta prevaricación es tan grave como si hubiera decidido armarse con una pistola y matar a los franquistas que queden. Simplemente, ha querido tomarse la justicia por su mano, y eso no está permitido, aunque sea ÉL.

Quizá el Banco de Santander le pague otro seminario, en este caso con destino a la Tesorería del Wall Street Journal, pero será conveniente que le organicen una conferencia sobre el Cambio Climático, no un discurso pensado para desprestigiar la brillante Historia contemporánea de España que comenzó, nada menos, con la Transición, donde todos los españoles decidieron perdonarse y mirar juntos hacia delante.

Garzón no puede desprestigiar a España.
Aunque se lo pagara el Banco de Santander.

miércoles, 7 de abril de 2010

Desde Montánchez, ADOLESCENTES SIN CABEZA; PADRES IRRESPONSABLES

Parece que el camino elegido para la educación de nuestros jóvenes no era el adecuado. O, al menos, no era éste el lugar en el que pensábamos aterrizar: el año pasado se incoaron cerca de 30.000 expedientes penales por delitos protagonizados por jóvenes.

Las historias de muchos de ellos son espeluznantes. El último caso de la niña de Seseña no tiene explicación posible. Todo parece indicar que una joven “gótica” de 14 años es, simplemente, una sicópata y que ha matado a su compañera de colegio con una frialdad que desconocíamos pudiera existir en alguien de tan corta edad.




Por supuesto que hay que endurecer las penas para este tipo de delitos y que como pena no son suficientes cinco años en un centro de menores. Pero estamos obligados a ir más allá: hay que pedir explicaciones a sus padres. ¿Qué han estado haciendo los últimos catorce años para ir alimentando a ese monstruo?

No basta con argumentar que la vida es muy dura y que hay que trabajar mil horas para llevar el salario a casa. Más difícil era la vida del ciudadano medio hace cincuenta años y a una niña de trece años no se le ocurría citarse en un duelo a muerte.

El problema básico es que la mera reflexión sobre los métodos educativos y la permisividad de la sociedad es etiquetado como debate carca. Analizar qué hacen nuestros jóvenes, dónde van, a qué juegan o qué piensan tiene el rechazo de quienes creen que un niño tiene capacidad para tomar decisiones y por eso hay que dejarle en paz.

Es más: a la mayoría les causa risa si se advierte que uno de los problemas de los jóvenes es que han sido apartados de cualquier emoción moral o religiosa. Se lo toman a broma, pero es evidente que los valores que enseñaba el Evangelio no han sido sustituidos por valores laicos, y que una de las causas de la violencia juvenil, e incluso de la violencia de género, reside en la ausencia de principios morales.

Los adolescentes no tienen cabeza, pero la culpa es de los padres que han dejado la educación de sus hijos en manos de animadores socioculturales y de la televisión y el ordenador. Claro que hay que mejorar la Ley del Menor; pero empezando por reformar el sentido de la responsabilidad de los adultos.