domingo, 31 de enero de 2010

Desde Montánchez, A VER: JESUSITO DE MI VIDA…

Vivo que no vivo en mí según se acerca la fecha en la que Zeta se va a poner a rezar. Y, además, en inglés. Por una parte me conmueve el sacrificio que es capaz de hacer este hombre por ayudar a Obama en sus peores momentos, pero, por otra, me inquieta que el encuentro súperplanetario consista en unir sus manos para rezar juntos.

Cual nuevo miembro de Alcohólicos Anónimos, Zeta aparecerá frente a los organizadores del evento y gritará “Yo pecador me confieso…”; después, dando palmaditas al aire, recibirá al presidente norteamericano cantando “Alabaré, alabaré, alabaré a mi señor…”.

Para añadirle más gracia al chiste, resulta que se lleva de palmeros a Pedro J. y a Cebrián. ¡Si van todos vestidos de góticos, como es costumbre de Zeta cuando pisa USA, la foto va a ser la bomba!

Y será entonces cuando Cebrián se lance con “Una espiga dorada por el sol…”, mientras Jota entona el “Juntos caminando…”. No va a dar abasto Youtube de tanta expectación.

Al fondo, los españolitos que hacen cuentas a ver cuánto más nos quita Hacienda este mes, se preguntarán atónitos ¿se puede saber qué hace ahí toda esa gente?

El ridículo de Zeta aceptando esta invitación es de nota; el ridículo de los ilustres periodistas aceptando ir de cortejo, es de más nota aún; y el ridículo que vamos a pasar los españoles viendo la escena no tiene nombre.

Si Zeta quiere rezar, que se aprenda una muy sencilla: “Jesusito de mi vida, eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón; tuyo es y mío, no”. No es tan difícil y así nos ahorramos el bochorno.

martes, 26 de enero de 2010

Desde Montánchez, MONTILLA Y SU SILENCIO


Hace bien el presidente de la Generalidad catalana en no conceder entrevistas a los medios de Comunicación madrileños, siempre tan dados a preguntar libremente y a analizar las respuestas sin el agobio del sometimiento al “oasis”. Hace bien en refugiarse en sus corrales con los mansos, tan preocupados por la creación de la “nación” catalana en vez del incordio de la interpelación incómoda.

Pero saltó a Madrid al programa “Espejo público”. No le hizo falta a Susanna Griso ninguna acritud para que se comprobara que Montilla no aguanta medio asalto: según se atrevió a afirmar, en Cataluña no se multa a quien rotule su tienda en español porque “El corte inglés” también se llama así en Barcelona.

¡Claro! porque es una marca. Tampoco McDonnalds se llama MacJordi. Pero la realidad es que si alguien quiere llamar a comercio “panadería” o “tintorería” o “mercería” no puede. Le multan y le cierran.

Por supuesto que la Ley es absurda y malintencionada porque consiste en perseguir al español, pero lo políticamente más censurable aún es que aquel que la impone y basa sus denuncias en acusaciones de chivatos anónimos sea incapaz de defenderlo en televisión. No se trata únicamente de que los socialistas son más nacionalistas cada día, sino que abusan de su doble lenguaje para tirar la piedra y esconder la mano.

Lo mismo ocurre con la sentencia del Constitucional sobre el Estatuto: el mismo Montilla que envió una carta llamando a la movilización si el dictamen no se ajusta a sus gustos independentistas, le dijo a Griso que él sólo quiere respetar la sentencia. O sea, que en Barcelona pide manifestaciones y en un plató de televisión se hace el estadista.

Y otro absurdo: el mismo ministro que firmó la necesidad de construir un Centro de residuos nucleares en España, va ahora y dice que se haga en cualquier sitio menos en Cataluña.

Si tantas contradicciones en menos de quince minutos hubieran salido de la boca de Esperanza Aguirre, el escándalo estaba servido. Pero a Montilla se le perdona: el “oasis” catalán consiste en no remover las aguas estancadas, que debajo hay mucha porquería y luego huele mal.

miércoles, 20 de enero de 2010

Desde Montánchez, ZETA YA SÓLO PUEDE SALIR POR LA TELE


Interesante entrevista del director de El país al presidente del Gobierno. No tanto por lo que dijo Zeta, sino por lo que fue incapaz de decir. Javier Moreno preguntó lo que hay, y si se olvidó de algo no parece que fuera a propósito. Lo hizo con elegancia y trató bien al personaje. Pero el protagonista se lanzó al diálogo olvidando que iba a quedar por escrito y que la nadería puesta en blanco y negro queda fatal.

Los asesores de Comunicación de Zeta le enseñaron a salir por la tele. Sus ojos, su voz y su media sonrisa afable son armas muy importantes en la pantalla, donde no importa exactamente lo que no dices bien, sino si la nada está bien dicha. Y Zeta es especialista en no decir nada con soltura y con algo de cursilería, que parece que es lo que gusta a su electorado.

Los asesores de Comunicación de Zeta le enseñaron a salir por la tele. Sus ojos, su voz y su media sonrisa afable son armas muy importantes en la pantalla, donde no importa exactamente lo que no dices bien, sino si la nada está bien dicha. Y Zeta es especialista en no decir nada con soltura y con algo de cursilería, que parece que es lo que gusta a su electorado.

El problema es que esas cosas transcritas hacen que Zeta parezca un soso. Un político sin discurso y a la defensiva. Contestar por escrito con una no-respuesta a una pregunta clara es mal camino. Y así se paseó Zeta por El país.

Lo que sí sabe hacer es dar leñazos a Rajoy, venga o no venga a cuento. Es como darle alpiste a su gente: “nosotros hacemos las cosas que se pueden hacer, pero los de enfrente lo harían mucho peor”. Ese mensaje fue clave en las elecciones generales de 1993, en las que González ganó cuando no debió hacerlo. Se les terminó la mecha en 1996, aunque caló bastante.

Lo que pasa es que andar hoy con la tralla de que el PP sería más insolidario, destruiría más puestos de trabajo y se dedicaría a hacer el cafre con las cuentas de la Administración es más complicado. Por supuesto que hay gente que se apunta a ese carro, pero las pruebas son inapelables: el PP heredó un país como el que está dejando Zeta y fue capaz de meterle en la Unión Monetaria y de crear dos millones de puestos de trabajo.

Zeta ya sólo puede salir por la tele. Ahí se le aguanta que no diga nada. Leerle es un esfuerzo inútil: te quedas como estabas. O sea, mal.

jueves, 14 de enero de 2010

Desde Montánchez, ESPAÑA, BAJO CERO; ZETA, BAJO MÍNIMOS



Un país que se paraliza porque nieva tiene muchos problemas, y no son de infraestructuras: mentalidad. En vez de salir a la calle a luchar, mejor en casa; en vez de vencer las dificultades, mejor esperar a que salga el sol. Y los funcionarios públicos pidiendo a la gente que no coja el coche en vez de animarles a que, entre todos, salgamos de un simple temporal.

España no está bajo cero porque lo marque el termómetro, sino porque ha abandonado el espíritu de no arredrarse y de poner la cara al mal viento que llegue a ver quién gana.

País ridículo si se atemoriza por un temporal de dos días.

El que comienza el año político bajo mínimos es Zeta. Ya sabíamos aquí que era un incapaz, pero es que ahora se han enterado ahí fuera y nos empieza a dar una vergüenza de la leche. Lo más insólito es que se ha atrevido a pedir multas para los países que no cumplan con las reglas económicas de la UE —¡él!, que tiene las cifras como las tiene— y ha tenido que salir nada menos que Alemania —que sí las cumple— a decirle que menos lobos, caperucita.

Yo no sé qué le han metido en la cabeza con esto de la Presidencia de turno de la UE. ¿Pero qué se han creído? Hasta el secretario de Estado de la cosa ha tenido la cara de salir en mitad del Santiago Bernabéu a dar una patada al balón. ¿Era imprescindible? Y si lo era, ¿no tenían a personalidad más relevante?

Zeta no se esperaba que las encuestas le fueran tal mal, que la reacción internacional a su Presidencia fuera tan crítica y que la situación de España no saliera del área negativa. Lo soluciona anunciando que ya hemos salido de la recesión. Es el cuento de Pedrito y el lobo.

Al final, van a tener razón los que le recomendaron a Rajoy que se estuviera quieto, que sin hacer nada Zeta se iba a caer solito.


Desde luego, la impresión que empieza a dar es que a Zeta le quedan pocos telediarios.

lunes, 4 de enero de 2010

Desde Montánchez, ¿Los Reyes Magos son verdad?



¿Los Reyes Magos son verdad?

Antes de nada, feliz año nuevo a todos y cada uno de vosotros…

Una bonita historia para todos los que algún día tendremos que contarla...

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:

- ¿Papá?
- Sí, hija, cuéntame.
- Oye, quiero.... que me digas la verdad.
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido.
- Es que... -titubeó Blanca.
- Dime, hija, dime.
- Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé papá, que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-.. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.
- Entonces no lo entiendo papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡OH, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y su voz se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡OH! necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo el Niño-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?
- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que el Niño Jesús estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.

Me parece una historia preciosa, y que en el fondo tiene mucha razón; por eso hoy en vísperas del día de sus Majestades los Reyes de Oriente, comparto esto con vosotr@s...
¡¡Feliz día de Reyes!!
Gracias por vuestras lecturas, evaluaciones y comentarios.