viernes, 27 de enero de 2012

Desde Montánchez. CAMPS NO ES CULPABLE


O sea, que es inocente. Un alambique, un mortero y un mazo. Destilar culpabilidades es tarea complicada. Destripar inocencias, juego de niños. El jurado popular considera no probada la recepción de los trajeados obsequios. Por mucho que la fiscalía clamase por su condena, los nueve  hombres buenos han considerado su absolución. Sidney Lumet dirigió aquella obra maestra del cine norteamericano: doce hombres sin piedad. En la historia de Camps no ha habido asesinato. Simplemente, casi nada, un linchamiento moral y político. Muchos detractores y difamadores nunca tuvieron su duda razonable. Son los dioses de la verdad y reserva de la inhumanidad. Es el síndrome enfermizo de los que se manifiestan sin lugar a dudas.  

Reducir la realidad a un concepto es un problema grave. Sobre todo porque la realidad es demasiado compleja y diversa como para ser reducida a una formulación lingüística. Sin embargo, los guardianes de la estampilla democrática se atreven a eso y a mucho más. La rectitud, la reflexión, la inteligencia, la inquietud e incluso la compasión constituyen cargas demasiado pesadas para soportarlas más allá de un improperio o de una descalificación. Si los medios vuelcan su potencial sobre un personaje, acaban convirtiéndolo en un ídolo de barro o en un monigote de feria. Eso de formar a la opinión pública es una idea doctrinaria. La intención es deformar cuanto más mejor. Manipular. A sabiendas. ¿Y si fuera inocente? Imposible. 

La justicia democrática pasa por tener en la calle a un culpable antes que enchironar a un inocente. Guste, o no, el derecho obliga a pasar por ese arco. La contundencia de la fiscalía -qué cosas tienen algunos fiscales- colisiona con la decisión del jurado. El pueblo no ha visto la película filmada por Anticorrupción. Que si tantos trajes, cuantas americanas y no sé qué calzado. A ver si el ministerio público ha contemplado una serie de la ceja y el jurado no ha caído en la trampa tendida por los maniobreros. Los juzgadores del presunto delito han desestimado la existencia de una red de tráfico de prendas de vestir, como enfatizaban los acusadores. Que no hay pruebas, señores, que no las ha habido.

Y en esta tesitura de inocencia, la realidad vuelve a superar la ficción. El gran Garzón, que destapara la trama Gürtel, es devorado por su propia ambición. Los seguidores que se arracimaban para defender la inocencia del juez estrellado, han aprovechado la estancia para abuchear a los seguidores de Camps. Si hay que ir, se va, pero ir para nada. 

Inocentes. Camps y Costa. Dos por el precio de una. Veredicto absolutorio. Lo siguiente ya se perfila en el horizonte inmediato. La jugada ha salido mal a los autores intelectuales de la misma. Una solicitud de culpabilidad hubiera permitido la prórroga en las elecciones andaluzas. Griñán y Chaves tienen que tragarse el sable de los EREs, la espada de la administración paralela, el puñal de los enchufes, la daga de las comisiones irregulares y el alfiler envenenado de las macrosubvenciones sindicales. No tenían corruptelas suficientes y absuelven al valenciano. 

Lo dicho. Camps no es culpable. Es inocente. Mientras tanto, ningún jerifalte de la Junta de Andalucía se ha sentado siquiera en el banquillo. Acaso porque los fiscales estaban pendientes de la luna de Valencia. Se les ha ido el reo al cielo.

Un saludo.

martes, 24 de enero de 2012

Desde Montánchez.LA DERECHA AL PODER

Con mucha honra. Al poder. La derecha, al poder. Es la grandeza de la democracia. La fuerza del pueblo justifica su soberanía y legitima su poder. La izquierda se ha apropiado, de manera indecente, del voto de los ciudadanos y utiliza tan poderosa arma para beneficio de algunos golfos entre sus dirigentes. Eso, si aceptamos que Psoe es izquierda y que IU es su pedúnculo. Lo cual viene a ser lo del anuncio televisivo de admitir, so pena de abandonar el juego, que pulpo es un animal de compañía. La derecha juega limpio. El Pp es la derecha española. Conclusión del silogismo: ergo el Pp actúa con limpieza. 

Los españoles nos hemos dado cuenta, tarde pero algo es algo, que la llamada izquierda zapateril y su epígono la siniestra felipista representan la hez del Estado de derecho. Utilizan a las personas como conejillos en los que experimentar sus canallerías políticas y emplean el dinero de los contribuyentes en sórdidas operaciones ilegales cuales regalar joyas a esposas de ciertos cargos, untar con fuertes sumas a policías corruptos, desposeer a los desempleados de los subsidios de paro, engrosar el caudal de los camellos y, en fin, descerrajar dos tiros a presuntos etarras para después enterrarlos en cal viva. Tarde y mal pero para qué vamos a quejarnos si, a la postre, los hemos apeado del caballo de la corrupción. 

En Andalucía, la dictadura del Psoe más mafioso se prolonga treinta años. Tres décadas de abandono de la verdad, de escapada de la ley, de huida del derecho y de pisoteo de la libertad. Ningún dictador norcoreano hizo menos en favor de su pueblo en tan dilatado espacio de tiempo. Chaves se ha coronado como el factótum de una Andalucía podrida que cubre sus andrajos y sus llagas con la manta hecha jirones de la demagogia de Griñán. El último baluarte de la droga, de la fiesta, del clientelismo y de la miseria del poder reside en la Junta del Psoe. El último. 

No es extraño, pues, que descompuesta la armada sociata y desvalijada por ellos mismos las otrora pobladas arcas de la hacienda regional, Chacón y Rubalcaba vuelquen su dialéctica mentirosa en Andalucía. Por una vez, nuestra Autonomía importa a los dirigentes del Psoe más allá de servir de paraíso de orgías y de lujos pagados a costa del currito indígena. Los andaluces hemos sufrido diversas colonizaciones a lo largo de nuestra historia. Acaso ninguna tan cruel y humillante como la que han conducido don Alfonso Guerra y don Manuel Chaves.

A fin de esquilmar todavía más el territorio, el candidato Rubalcaba se ha presentado en Málaga y Almería para recaudar votos -que mañana serán tributos- e impedir como sea que la derecha limpia alcance la presidencia de nuestra Comunidad. Silencia el maldito vocero de la indignidad que esa derecha que lidera Javier Arenas es el antídoto contra el cáncer moral, social y económico que ha provocado esa falsa izquierda del hermano de Juan Guerra y del padre de Paula e Iván. No hay otra solución para atajar el mal que confinar en el ostracismo a los asesinos de las prosperidad y del progreso y, al tiempo, abrir la puerta de la esperanza al partido popular. No nos queda otra.

De conservar un hálito de vergüenza, el Psoe debiera retirarse a sus cuarteles de invierno, rumiar el mal que han hecho, concentrarse en la búsqueda de propuestas constructivas y dejar el campo abierto a la derecha para que ésta, exenta de historia de corruptelas y mangancias en la región andaluza, ponga manos a la ingente obra de reconstruir la Autonomía. Si en vez de mostrar, siquiera una vez, las buenas maneras que sus padres trataron de imbuirles, deciden arrasar los fundamentos elementales de la moral, agárrense que vienen curvas mortales. Con una mano al asidero y la otra a la papeleta del voto. Deposítenla en la casilla de la derecha. Los otros están, además de pringados, enfurecidos y medio locos. A las urnas y a la derecha. Con mucha honra.

Un saludo.

lunes, 16 de enero de 2012

Desde Montánchez. D. Manuel Fraga Iribarne Q. E. P. D.



El presidente fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, que ha fallecido hoy a los 89 años, ha sido una figura clave en la historia reciente de España, no en vano tuvo un papel decisivo durante la dictadura, la transición y la democracia, en la que trabajó de forma decisiva como padre de la Constitución.






El presidente fundador del PP atesoró una personalidad única, que le hizo protagonizar anécdotas inolvidables y celebras frases por las que será recordado. 

D. E. P.

miércoles, 11 de enero de 2012

Desde Montánchez. Mala gente. Perversos. Ruines y miserables. Malditos.


Mala gente. Perversos. Ruines y miserables. Malditos. Lo son quienes desean el mal y la muerte ajena. Maldita sea esta calaña de sujetos. 

Un concejal de Izquierda Unida de Madrid acaba de dar un martillazo más a la estaca que se clava en el corazón de lo que fuera el partido comunista de España y hundirlo en las miserias de la degradación humana. Si la moral es el principio que rige los comportamientos individuales, este señor carece de principios y de finales, se refugia en el colectivo como garrapata parásita y adolece de ética política y, por supuesto, humana. Un desecho en suma.

El estado de salud de Manuel Fraga preocupa a muchos españoles. A otros ni les va ni les viene. A un elevado número la noticia les llama la atención. A este edil siniestro de la hundida izquierdona madrileña le llena de júbilo. Va a descorchar una botella de cava, anuncia el malévolo personaje. Al estilo de los asesinos de ETA. Valiente ralea.

El silencio de los cobardes apresa las palabras arrolladoras de Cayo Lara. Dónde está el capo comunista que no condena a su camarada. Por qué el descabalgado Llamazares no se desmarca de su compañero de formación. A qué grado de desprestigio está llegando cierta clase política. Si el declarante no se retracta de la barbaridad, cómo es posible que no le hayan abierto inmediato expediente disciplinario previo a la expulsión de su partido. 

Malditos los matarifes y malditos los que ríen sus gracias y alientan sus burradas. Malditos. No son los poetas malditos de Verlaine. Son los malditos pistoleros del fascismo. No hay genio en el verbo escrito de ese vocero de la muerte. La guija es un tablero en el que el concejal ha colocado su copa para contactar con el espíritu de un hombre que, por fortuna, no ha muerto. Sobrevive en su lucha contra los años y la enfermedad. El concejal no retrata al personaje histórico. Invoca su propia autodestrucción. A falta de dones espirituales, reclama la guadaña que siega la vida del hombre. No es maldito por incomprendido. No lo es por bohemio que rechaza la forma establecida. Es maldito porque su palabra fétida alumbra el final del ciclo vital de una persona. Es maldito porque se esconde tras la democracia para justificar su canallesco mensaje.

El concejal puede realizar prácticas de brujería, ritos espiritistas. Con ellas encierra su voluntad de poder sobre el tiempo, sobre la historia y sobre los seres humanos. Por eso es maldito. Porque su afán de dictado le lleva hasta la muerte del otro.

Los malditos de la política cabalgan a lomos de caballos apocalípticos. Se entendería que, descreídos, contrariaran la ley de Dios. Lo que no se admitiría es que rompieran los valores de los hombres y los derechos humanos. Este concejal de IU es maldito porque repugna y, porque asquea, es maldito.

Deseo a Fraga un pronto restablecimiento. Si, por desgracia, falleciera a resultas de la afección pulmonar, servidor lo lamentaría. Como muchas personas que ven en la vida la paz y en la guerra la muerte. Del revés, malditos.

Un saludo.

domingo, 8 de enero de 2012

Desde Montánchez,¿La decisión de cambio puede transformar nuestra vida?



El cambio puede llenar de temor a las personas pero puede ser sin duda la ansiada llave al progreso. En este blog siempre hemos alentado al riesgo responsable porque eso puede hacer no sólo que las cosas sean diferentes sino que encontremos capacidades antes desconocidas.

Si estuviste haciendo las mismas cosas por años y te cansaste de la rutina es bueno que hagas un cambio en tu vida y te adentres en nuevos horizontes. Todo eso es parte del progreso de una persona, de su crecimiento, de todo lo que lo hace conocer nuevos retos.

El cambio siempre genera expectativas. Nos podemos preguntar: ¿Cómo voy hacer esto si nunca antes lo hice? Es bueno saber que el hombre o la mujer tienen múltiples capacidades y que tarde o temprano debieran utilizarse para hacer de la vida algo mejor.

Estoy seguro que muchos pensarán que están aburridos de lo mismo y que poco o nada hacen por innovar. Pues ahí se tiene que buscar el cambio que abrirá puertas que nos harán mejor.

Quiero que nos concentremos en la edad por encima de los 30. Ese tiempo es el de la búsqueda de la estabilidad, de la consagración de lo profesional. Ahí los cambios son importantes porque si no se hacen la persona puede tender a frustrarse. Hay momentos en la vida decisivos, uno de ellos es cuando queremos consolidarnos profesionalmente.

Lo profesional es una parte de la vida, lo otro por supuesto es lo familiar. Hay que estar bien en los dos para sentirnos realizados.

A veces las circunstancias, los golpes, las cosas inesperadas nos llevan al cambio. Debemos saber verlo y tomar la decisión de transformar nuestra vida.

No tengamos miedo. Sólo se puede tener terror al estancamiento,  a lo que nos impide progresar.

Si tienes miedo arriésgate porque muchos esperan que des el giro para que los ayudes.

Ya en el final  Juan Quesada te pregunta: ¿Cuándo debemos cambiar?

Yo mismo me respondo:
El cambio es necesario en muchísimas ocasiones… pero es importante no buscar el cambio por el cambio, sino con los ojos puestos en el horizonte de realización.
Por otro lado, el cambio no debe guiarse por puros sentimientos, sino que debe estar fundado en la razón.

domingo, 1 de enero de 2012

Desde Montánchez. DOS MIL DOCE



Apenas unas letras. O unas cifras. El año comienza y termina por dos. El dos es un número revolucionario. Rompe con la unidad e incluso con la idea del monoteísmo. El dos es la díada que exalta la imaginación pero se pliega en la obediencia. Padre y madre. Noche y día. Oposición de contrarios. Hace mover el mundo.

Dos mil doce viene cargado de problemas graves. Grandes soluciones. No queda otra. Y mucha paciencia. La vida en pareja y en sociedad exige cariño pero sobre todo respeto y comprensión. En caso contrario, subiremos a la cornisa del egoísmo. Y desde ella nos precipitaremos contra el duro e implacable suelo.

La primera profecía maya situaba en diciembre de dos mil doce el fin de mundo. Aquella cultura precolombina desapareció. Acaso prendida en la red de síntomas que predijeron pero no supieron controlar. Consideraron igualmente divinos el bien y el mal pues eran tan inseparables como la vida y la muerte. Padre y madre, ying y yang orientales, revelaban la fecundación. Dos. La esencia es el dos. Salvo el dios único al que nunca abandonaron. Era el dios absoluto, dador de medida y de movimiento.

Dos mil doce embiste con fuerza. Nos queda demostrar que la sequía se combate con lluvias prevenidas, que la miseria se solventa con la riqueza amparada, que la muerte se combate con la esperanza de una vida mejor, que la guerra se golpea contra la fortaleza de la buscada paz o que la abundancia sigue a la escasez de las vacas flacas.

Dos mil doce se inaugura hoy. El fin del mundo es la rendición de los seres humanos. De nosotros depende. En la humanidad se halla la fórmula de la victoria. No hay más símbolos que los que representan la razón, el amor y la voluntad de seguir creciendo.

Que este nuevo año sea fructífero para todos. Para todos.

Un saludo.